Luz Amparo Uribe

La arpillera en palabras de Luz Amparo Uribe Noreña
Mi arpillera representa el campo cerca de Medellín y el mar de aquí, de Antofagasta. Quería reflejar en la parte inferior un dibujo que hice cuando estudiaba en la primaria, que fue uno de los que ganó un premio. Representa el campo donde pasaba las vacaciones de mi niñez—la quebradita, el puente, el bosque. Allá es donde crece el café, es montañoso y muy verde. Y en la parte superior está el mar de Antofagasta. Como migrante, me ha impactado el mar, que está siempre ahí. Todos los días lo veo al ir a trabajar. Y en el verano es delicioso ir, súper rico.
La historia de Luz Amparo Uribe Noreña
Falleció mi mamá cuando yo era muy pequeña, tenía ocho años, y mi papá se volvió a casar. Entonces, las vacaciones las pasábamos en el campo donde los padres de mi madrastra. Soy de ciudad, de Medellín, pero disfruté mucho del campo. Trepar árboles, comer fruta, ir a los arroyuelos a coger pescaditos, todo eso me hizo una infancia muy bonita.
Medellín en ese entonces fue bonito, tranquilo. Al pasar el tiempo, ya después de casarme, de tener a mis hijos, Medellín se volvió muy violento. Cuando vives en un barrio donde hay delincuencia y violencia es muy muy aterrador. Si salía un hijo a trabajar, al oír un tiro, uno decía: "Ay, será que le pasó alguna cosa".
Yo fui mamá joven. Me casé a los 19 y a los 20 ya tenía mi primer cachorrito, y tuve el segundo a los 28 años. Pues, hubo mucha violencia intrafamiliar, y uno no quiere eso para los hijos. Entonces prácticamente me tocó ser mamá soltera. Trabajaba en un colegio haciendo aseo y yo tenía que estar pendiente de todo. ¡"Como un general", me dice mi hijo!
Me siento muy orgullosa de mis hijos. El menor se fue a Argentina a estudiar, a trabajar. Es profesional, trabaja en Nickelodeon. El mayor está aquí en Antofagasta y está muy bien, gracias a Dios. Ha trabajado en Sky, en Tottus.
Entonces ya mis hijos se fueron y me iba a quedar sola. Lo que más me tenía aburrida en Medellín era la violencia. Llegué a Antofagasta el 27 de abril de 2018 por una amiga mía, quien me recibió. Te digo que soy feliz desde ese día. Antofagasta me ha acogido bien.
La verdad yo no quiero volver a Colombia. Solo para visitar a mi papá, pero estoy esperando la definitiva [visa de permanencia definitiva] para poder ir tranquila. Tengo todo al día, las imposiciones, todo. Ya llevo casi tres años esperando, y se debería demorar solo 6 meses.
Aquí tengo muchos proyectos. Como poner un pequeño negocio de abarrotes, ya un proyecto mío.