Yuri López

La arpillera en palabras de Yury López
Mi arpillera se trata de mi antiguo trabajo. Hace un tiempo llegué a la casa de una familia chilena que prácticamente me adoptaron como una hija. Fue una bendición de Dios. Ahí aprendí muchas cosas de los abuelos. La abuelita tenía Alzheimer degenerativo con vejez prematura. Cuando yo llegué, ya no caminaba. Pero yo le hacía masajes y terapias y así poco a poco empezó a volver a caminar. Todo el tiempo estuve con ella, hasta el día en que se murió. Me ha marcado tanto que creo que no lo voy a superar. Di lo mejor de mí. De verdad lo hice de todo corazón.
La historia de Yury López
Mi mamá se murió cuando yo tenía cuatro años. De ahí nos quedamos con mi papá, siempre con el papá. Ya con el tiempo también con mi tía, que ha sido como una mamá. Crecimos en un pueblo, pero a los 10 años nos cambiamos a la ciudad, a Popayán. Ahí nos pusieron a estudiar en un internado con mis hermanas.
De ahí mi hermana me dijo: "Pongámonos un negocio". "Un restaurant", le dije. Yo cocinaba y atendíamos juntas las mesas. De repente, a mi hermana le dio un coma diabético. Estuvo así un mes y medio. Los médicos nos decían que era mejor que la desconectaran, porque estaba prácticamente muerta. Y mi papá dijo que no, que no, que no. Hasta que un día, por la gloria de Dios, despertó.
También en Colombia tenía a mi novio. Eso me obligó prácticamente a venir a Chile, porque terminé con mi novio. Ay, mi novio empezó a enloquecerse, me perseguía por todos lados. Hasta que un día me amenazó. Me decía que si él me veía hablando con alguien, me mataba. Entonces, armé mi maleta y me vine.
Mi viaje en bus estuvo súper choro. Lo pasé chévere. Bueno, hasta la frontera chilena. Cuando fui a pasar, antes que mi estaba una venezolana embarazadita. Le dijo [el funcionario de la PDI]: "No vas a pisar ni un centímetro de la tierra de mi país". Yo me quedé impactada. Entonces, cuando yo le pasé mi pasaporte, me dijo: "Tú tampoco colombiana. Regrésate a tu país". Me tocó regresarme a Tacna. Tuvo que venir mi tía [quien tiene permanencia definitiva en Chile] a buscarme y ahí pude cruzar.
Pero bueno, estoy agradecida porque no todo el mundo tiene la oportunidad de emigrar, de conocer nuevas culturas, nuevas personas. Y doy las gracias a Dios por todo lo que trabajé con los abuelitos, con eso le pude pagar muchos tratamientos a mi hermana.